Con olor a humo camuflado con desodorante y colonia, y sabor al reflujo de un estomago repleto hemos abandonado San Julian camino a Zaragoza. Retrasada durante una semana por mal tiempo, al fin ha podido celebrarse "la hoguera". Ha sido un poco improvisada porque este fin de semana tampoco pintaba bien, así que hasta el último momento no se sabía nada. Después de mirar el pronóstico meteorológico para hoy Miguel Angel y Jose Luis, con ayuda de los niños cuando han podido engañarlos, y de los abuelos como directores, han montado una hoguera más modesta que otros años pero superior a la de Santa Isabel. Las tortillas de patatas y la carne ya estaban en la cesta cuando se ha hecho la foto oficial, con la hoguera apagada. A Las 12:30 estaba previsto encenderla y han aparecido Jorge y Jaime ( Jorge estaba trabajando y Jaime con Nuria en Zaragoza). Los niños habían montado su propia hoguera y han imitado a sus mayores, no sé si sabedores de su responsabilidad futura. Después de unos cuantos "no arderá" de los abuelos ha ardido y vaya si ha ardido. Mientras hacíamos fotos y preparabamos los manjares que más tarde se cocinarían a la brasa, las llamas se han apoderado de paja, papel, ramas y troncos estrategicamente colocados cual obra de ingeniería se tratara. A medida que las llamas furiosas devoraban la leña, la gente reunida colocaba las sillas alrededor, como si fueramos a presenciar un espectáculo. Se me ha antojado pensar que retrocedíamos en el tiempo y eramos hombres primitivos alrededor del fuego del hogar, y me he alegrado de que aquella gente descubriera y aprendiera a dominar el fuego para luego legarlo a sus predecesores hasta nuestros días. Seguramente todos los hechos cotidianos de aquellos hombres se producían alrededor del fuego, con el cual se calentaban y cocinaban, seguramente los niños también jugaran alrededor de él y seguramente hablaban reunidos alrededor de él. Pues precisamente así ha sido hoy. Aunque no hacía mucho frío, todos nos hemos sentido atraídos por sus calidos abrazos. Por supuesto, gran parte de lo que hemos comido hoy se ha cocinado gracias a las brasas a las que quedaban reducidas la leña tan magistralmente colocada. Después de comer, ho ha faltado ni la tertulia de los adultos, ni los juegos de los niños, que se lo han pasado en grande sin necesidad de tecnologías de ultimo generación, sino que les ha bastado con un carretillo viejo y unos sacos de papel para pasar un rato de super-diversión. Y los adultos que los observabamos hemos saboreado más si cabe su entusiasmo y entrega en el juego.
La guinda a la jornada la han puesto Noelia y Jorge que han anunciado que proximamente seran padres.. y de dos criaturas!! Yo me he emocionado y todo.
Bueno, y para no faltar a la tradición, los mas atrevidos se han purificado saltando la hoguera.
